Lo primero de todo es reconocer que es muy difícil presentar a dos impresentables como nosotros, delincuentes habituales de la vida y payasos cargados de narices rojas con las que reírnos del destino, así somos, Trotsky y Lebowsky, bufones en el lado equivocado del charco, el surrealismo hecho chanza…
Nombres: Trotsky (el feo con gafas) y Lebowsky (el feo sin gafas)
Apodos: Según la RAE Apodo Nombre que suele darse a una persona, tomado de sus defectos corporales o de alguna otra circunstancia. Con tanto defecto era imposible elegir sólo una parte, así que somos conocidos como los jinetes cojos del Apocalipsis o, en círculos más íntimos, el bobotonto y su colega el carapene (y uno se pregunta... ¿quien es quien?).
Poderes conocidos: Es sin duda más barato comprarles un traje de trucci que invitarles a comer, no mastican, degluten, lo que sea, Su vida es cachondeo, son capaces de convertir un funeral de estado en una boda gitana si les das una botella de anís del mono y unos panchitos.
Antecedentes: penales, civiles y administrativos… todos los que haya, explotan dedos, se caen, ¿bailan?, insultan, intentan envenenar a sus amigxs en las noches de fiesta, llevan el término estar enfermo a límites que harían vomitar a un coprófago, vamos, lo que se conoce comúnmente como ser “mú mala gente”.
Número de detenciones: por no aguantarlos en la fregoneta policial, siempre les dejan marchar con una leve amonestación.
Descripción: ¿Alguien sería capaz de describir la belleza que encierra la Gioconda? ¿o el sentimiento que provoca un atardecer en Machu Pichu? ¿Alguien podría definir la grandiosidad de la gran muralla china? Pues eso, que si alguien pudiera, ellos son todo lo contrario…
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