LOS AMIGOS DE TROSKY

Dado que no podemos escribir de continuo por falta de medios cuando regresemos haremos un resumen detallado sobre nuestras desventuras en el país de las Galletas. Las ¿Carreteras? que hemos sufrido durante 3 horas, bajar por ríos en txalupa (donde aunque no lo admita jamás salve la vida a Trosky)  descensos, caminatas y mil y una cosas que ya iremos relatando con mas calma.
Los pocos momentos son para las anécdotas y hoy quiero hablaros de los amigo de Trosky porque este payaso viajero tiene un arte para hacer nuevas amistades..lamentablemente no suelen ser lo mejor del pueblo que visitamos pero bueno.
En este viaje hemos tenido a dos candidatos y uno que se ha quedado en el camino en el pueblo Cahuita:


El Señor Verde: 
Un hombre delgado y negro como la noche que ofrecía marihuana a todo hijo de vecino pero que a Trosky en seguida se acerco al grito de amigo, una persona peculiar que era una contradicción en sí misma puesto que llevaba una mancha solidificada en un polo verde y a la vez, iba a buscar la droga a la lavandería del pueblo...si es que al final los tópicos de los negocios clandestinos va a ser verdad.

Jaime, Jordi en catalán:
Otro ser peculiar donde los haya cuando se acercó a la barra del bar a ofrecer cocaina rica rica con las pupilas tan abiertas y sudando de tal manera que si alguien le pillase droga, posiblemente tendría que sudarla para poder venderla porque o me equivoco mucho o lo que es vender no vende mucho pero lo que es aspirar como una aspiradora vamos.
Su peculiaridad (aparte de todas las anteriores) era su forma de presentarse al nombre de Jordi y explicando que es Jaime en Catalán, algo normal vamos, sino fuese porque lo hizo unas dos o tres veces por noche, Genio y figura.

La reencarnación de Michael:
A este nos falto tiempo para conocerlo pero el solo en sí era una carta de presentación, se ponía a bailar en mitad de la calle, ahí, dandolo todo sin camiseta y con un pañuelo enroscado en la cabeza como si se hubiera escapado de alguna banda, un, dos, un, dos y vuelta. Era un no parar el problema es que no tenía gran variedad de pasos o bien era un fan incondicional del difunto rey del pop porque le daba igual que le pusiesen, el daba vueltas imitando a su ídolo...eso o hacía el robot su otra especialidad.

Pensareis que suerte ha tenido Trosky y que mala la mía por no hacer amigos, pues os equivocais porque yo me hice amigo de la drogadicta del pueblo, despiñada, flaca como un palo y sin entenderle ni una palabra de lo que te decia, si no era para pedirte un pitillo.

Bueno hasta aquí nuestra clase de amistad de hoy por último una foto de otro amiguito, uno mas peludo pero seguro que con menos adicciones.

Aiooo